POBREZA
No es un país pobre, pero sí un país con muchos
pobres: casi el 30 % de la población sufre necesidades en Brasil. También es
uno de los países más desiguales del mundo: durante mucho tiempo se confió
solamente en el crecimiento como arma contra la desigualdad, descuidando las
políticas de redistribución.
Sin embargo, luego de 30 años de estancamiento en la situación social, entre 1970 y 2000, la historia reciente aparece alentadora gracias a una combinación de política social innovadora, urbanización de barrios pobres, movilidad en el mercado de trabajo y universalización de la educación. Un reciente viaje a Río de Janeiro para realizar una serie de informes acerca del combate a la pobreza me permitieron internarme en las entrañas del gigante, y de su lucha por dejar de ser terreno de exclusión social.